
¿Y si dejamos de hacer spam?
¿No estás cansada de esa gente que te agrega como amiga en redes e inmediatamente te manda un privado para que sigas su fanpage, te metas en un grupo dónde venden X productos, etc?
Yo sí, y creo que es que muchas veces la gente aprende poco marketing o lo aprende mal, y que no entienden ciertos conceptos básicos.
El marketing no es presionar ni encasquetar tu servicio o producto delante de cualquiera. Tampoco es mandar publicidad de manera indiscriminada, no.
Marketing es presentar delante de gente a quien le interesa la solución que tú propones, tus servicios o productos de forma que pueda entenderse claramente qué aporta, qué valor tiene, por qué puede interesarle a esa persona que ya está en sintonía o buscando algo similar y por qué lo necesita ahora. Eso es marketing.
Es importante recordarlo, por que el spam no es sólo un desconocido saltando de repente en tu Messenger o mandándote un privado por Instagram o Twitter. Spam también es mandar emails a tu lista en los que no aportas valor ni nada interesante y sólo mandas publicidad sin más. Spam es meterte en grupos dónde gente intenta debatir sobre temas o dónde se vende ya algo similar (lo que el creador de ese grupo vende, que para eso creó su grupo y lo nutrió) a únicamente postear tu publicidad sin participar ni aportar nada de nada.
Y te voy a contar lo más importante: El SPAM NO FUNCIONA.
La cultura de la venta mediante publicidad a secas y de venta a puerta fría está dando sus últimos coletazos.
¿Sabes qué enorme porcentaje de gente tiene instalado un adblocker en su navegador?
¿Cuánta gente paga por servicios de streaming de audio o de vídeo, tipo Spotify, Netflix o Amazon Prime para consumir el contenido que quiere sin ver publicidad?
Desde luego el marketing está cambiando, la forma de hacer anuncios también, y definitivamente hacer SPAM sólo aleja a tus clientes potenciales de ti.
Hay otra forma de hacer negocios, una forma mucho más enfocada en las personas, en tener marcas más humanas y cercanas, creando relaciones significativas y sin tener que invadir la privacidad de ningún desconocido.
Entre todos podemos hacer que la experiencia de consumo para todos sea mucho más gratificante.
Besos,
Azucena Caballero